Estados fenológicos de la vid. Nº 3

Estados H: Botones florales separados.
Estado I1 e I2: Inicio de la floración y plena floración.
Estado J: Cuajado de las flores fecundadas y Bayas con el tamaño de perdigón.
Estado K: Bayas con el tamaño de guisante.

ESTADO H

El estado H: los racimos se encuentran totalmente desarrollados y listos para apertura de sus flores.

ESTADO I1 e I2

En el estado I1 e I2 ó floración, al separarse la caliptra de la base del ovario, cae al suelo liberando así los cinco estambres con sus dobles anteras dehiscentes polínicas y pistilos. Es una flor apétala (sin pétalos) y con un aroma muy agradable.

ESTADO J

En el estado J las flores ya fecundadas, sus ovarios van poco a poco aumentando de tamaño, aun en este estado tienen el tamaño de «perdigón» ó de «arroz» llegando el momento de la caída de los capuchones florales.

ESTADO K

En el estado K el desarrollo de los ovarios adquiere un tamaño conocido como «guisante» adquiriendo una piel dura, de color verde intenso y un brillo.

Dichos estados se corresponde con los Chakras 2° Svadistana 🟠 en la maduración de sus botones florales así como en su floración (separando su caliptra por la base del ovario y fecundación de sus flores), todo ello correspondiendo a los septenios (de 7 a 14 años), (de 14 a 21 años) y (de 21 a 42 años), este último nos lleva al inicio y octavas más bajas del 3° Chakra Manipura 🟡 con sus Energías anabólicas del cuerpo Etérico en busca y ascenso físico de la Energía Astral ó anímica.

El 2° septenio (de 7 a 14 años) gobernado por el planeta Mercurio como intercambio e inicio de relaciones con los otros.  El 3° septenio (de 14 a 21 años) gobernado por el planeta Venus en su esplendor floreado lleno de plenitud y belleza, terminará en el 4° septenio (21 a 42 años) gobernado por el astro Sol 🌞 quién marcará los ritmos de maduración futura, así como los vinos de calidad suprema.

Este último marca el punto cero energético ó ecuador, entre las energías centrifugas en el desarrollo y crecimiento físico de la planta y el paso a las energías centrípetas hacia su interiorización y concentración. 

Por: Nacho Ayala Sanz

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